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Reino de Dalriada o Dál Riata Fuente: Wikimedia Commons |
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Columba hace la señal de la cruz ante las puertas del fuerte del rey picto, Brude Mac Maelchon Autor: Joseph Ratcliffe Skelton Dominio público: Wikimedia Commons |
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The annals of Ireland, 1846 Dominio público: Wikimedia Commons |
El joven dijo:
-¿Hay aquí un portero?
-Sí. Y tu cabeza no debe estar en su sitio para hacer una pregunta así. Soy portero de Arturo cada primer día de enero. El resto del año se ocupan mis sustitutos, Huandaw, Gogigwc, Llaeskenym y Pennpingyon, que anda sobre la cabeza para conservar sus pies, no hacia el cielo ni hacia la tierra, sino como una piedra rodando sobre el suelo de una corte.
-Abre la puerta.
-No quiero.
-¿Por qué?
-El cuchillo está en la carne, la bebida en el cuerno y completamente llena la sala de Arturo. No dejan entrar más que a los hijos de rey de un reino reconocido o al artista que trae su arte. Se dará de comer a tus perros y a tus caballos; a ti te ofrecerán chuletas de carne caliente con pimienta, vino en abundancia y una música agradable. Te llevarán comida para cincuenta hombres a la hospedería […] Te ofrecerán una mujer para que duerma contigo y los placeres de la música. Mañana a la hora tercia, cuando se abra la puerta a la hueste que ha venido aquí hoy, tú pasarás el primero y podrás elegir el sitio que quieras en la sala de Arturo, desde el extremo más alto hasta el más bajo.
[…]
(Cei se muestra en contra de que entre Culhwch)
-Por la mano de mi amigo -exclamó Cei-, si se siguiera mi consejo, las leyes de la corte no se violarían por su culpa.
-Estás en un error, querido Cei -dijo Arturo-. Somos hombres nobles en la medida en que se recurre a nosotros. Mayor será nuestra generosidad y mayor será nuestra nobleza, gloria y reputación.
Y Glewlwyt volvió a la entrada y abrió la puerta al joven. Aunque todo el mundo desmontara en el montador de piedra de la entrada, Culhwch no lo hizo y entró con su corcel.
[…]
Arturo:
-Siento cómo mi corazón se ensancha frente a ti; sé que eres de mi sangre. Dime quién eres.
-Lo haré -respondió el joven-. Soy Culhwch, hijo de Kilydd, hijo del príncipe Kelyddon Wledig y de Goleuddydd, mi madre, hija del príncipe Anllawdd Wledig.
-Entonces es cierto -respondió Arturo-. Eres mi primo hermano. Dime todo lo que quieres y tendrás todo lo que nombren tu boca y tu lengua.
[…]
-Pido que consigas para mí a Olwen, hija de Yspadadden Penkawr, y la invoco aquí en nombre de tus guerreros.
[…]
Cei se levantó. Cei tenía el privilegio de que podía respirar nueve noches y nueve días bajo el agua y permanecer nueve noches y nueve días sin dormir. Ningún médico podía curar una herida de la espada de Cei; además tenía una facultad maravillosa cuando quería: podía ser tan alto como el árbol más alto del bosque. Otro privilegio: cuando más copiosamente caía la lluvia, todo lo que tuviera por encima y por abajo de la mano permanecía seco a la distancia de un palmo, debido a su gran calor natural, y también hacía las veces de combustible para sus compañeros cuando el frío era muy intenso.
Arturo llamó a Bedwyr, quien jamás retrocedía ante una empresa en la que Cei participara, […] y aunque sólo tenía una mano, tres combatientes no hacían salir la sangre con más rapidez que él en el campo de batalla. Poseía otra virtud: su lanza producía una herida al entrar, pero nueve al retirarla.
Mabinogion
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Alfred Fredericks. The Boy's Mabinogion, 1881. Imagen retocada. Trabajo propio. Extraída de: Wikimedia Commons |
(Sainero, 2018, p. 72)
Uther Pendragon, Arturo y la Mesa Redonda:
«Esto aparece en el Libro de Cuanach.
3. Muere Uther Pendragon, rey de Inglaterra, a quien sucedió su hijo Arturo, quien ordenó la Tabla Redonda».
Anales del Ulster, 467.
(Sainero, 1999, p. 30)
Origen de la Mesa Redonda:
«Con los trabajos en madera puedo hacer maravillosas artes. He oído decir más allá de las nuevas mareas de los mares, que tus caballeros en tu mesa se pelearon un día de medio invierno; muchos allí cayeron; por su gran orgullo juego mortal libraron; y por su dignidad real todos querían estar dentro. ¡Ah! Yo te construiré una mesa rápidamente en la que se puedan sentar mil seiscientos o más parientes. Todos alrededor, sin que ninguno fuera quede, fuera y dentro, hombre opuesto a hombre. Cuando desees viajar contigo llevarla puedes».
Canto de Taliesin, XII
(Sainero, 1999, p. 80)
Geoffrey Keating sitúa a Arturo en Irlanda:
«Muircheartach el Grande, hijo de Earca, era rey de Érin, y fue contemporáneo del rey Arturo».
Historia de Irlanda. Libro I, 14-16
BIBLIOGRAFÍA
Torres Asensio, Gloria. Los orígenes de la literatura artúrica. Barcelona: Universitat de Barcelona, 2003.
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