04 febrero 2023

CONSTRUYENDO UN MITO: EL REY ARTURO (1ª PARTE)

A lo largo de algunas entradas trataré sobre la evolución de la figura de Arturo y las características del que fue desde un legendario líder guerrero hasta el rey cortés de Camelot. Su representación sufrió variaciones hasta ser el rey de una magnífica corte, pero ¿cómo se transformó el guerrero de la Edad Heroica britana (siglos V y VI) en el monarca que conocemos? ¿Por qué su leyenda tuvo tanto éxito? ¿Cómo influyó en la sociedad?

ORÍGENES 

La génesis del mito artúrico radica en la transmisión oral de leyendas celtas que sólo a partir del Medievo se pusieron por escrito. Aun con la romanización, no desaparecieron las lenguas célticas (gaélicas y britónicas)* ni su tradición, y mucho menos en Irlanda, que no estuvo bajo el poder romano. De forma que, en paralelo al latín, continuó una literatura autóctona compuesta y transmitida por la prestigiosa élite de los bardos**.
En la isla de Gran Bretaña y dado el interés por la historia de Britania y sus héroes del pasado, todo un universo épico quedó plasmado en los textos que los monjes escribieron en latín y en galés.

En Irlanda, durante el siglo V, con la evangelización llegó también la cultura escrita. Los monjes escribas se dedicaron a copiar en latín y en gaélico los manuscritos basados en la tradición oral y desarrollaron su apogeo cultural entre los siglos VI y VIII. Asimismo, en la zona norte de Gales y gracias a un largo periodo de estabilidad política, entre los siglos IX y X se produce en los monasterios una intensa labor de recopilación, traducción y escritura del material relativo a las leyendas del Antiguo Norte (Yr Hen Ogledd).

REFERENCIAS SOBRE ARTURO EN MANUSCRITOS EN LATÍN

Gran Bretaña ca.600
Imagen: Hel-hama. Bajo licencia: CC BY-SA 3.0
En: 
Wikimedia Commons
Se cuenta que Arturo fue un guerrero que, tras el abandono de la isla por las legiones romanas a partir del año 410, unió a las tribus britanas y luchó contra los invasores anglosajones, pero no fue hasta el siglo IX cuando se mencionó en un texto historiográfico: Historia Brittonum. Esta crónica, atribuida a un monje galés llamado Nennius, fue escrita en latín hacia el año 830. En ella nos revela la figura de Arturo como un jefe de guerra, un dux bellorum que capitaneó las tropas britanas frente a los invasores de la isla. Se refiere a doce batallas y los lugares donde se desarrollaron, como la acontecida en el fuerte de Guinnion, la octava, "en la que Arturo llevó sobre sus hombros la imagen de la Virgen María y gracias a cuya intercesión y la de Jesucristo derrotó a los paganos".

Respecto a la duodécima contienda, al igual que había hecho el monje Gildas en el siglo VI, Nennius menciona la batalla de Monte Badon, pero a diferencia del autor anterior, sí da el nombre de Arturo. Se configura el retrato de un guerrero tan fabuloso que fue capaz, por ejemplo, de aniquilar a 960 enemigos en dicha batalla, dejando claro que alrededor de esta figura ya se habían comenzado a forjar leyendas. De hecho, en la propia Historia Brittonum se encuentra inserto el texto De mirabilibus Britanniae (o Mirabilia) donde se narran 12 prodigios acontecidos en las tierras de Britania e Irlanda. Entre estas historias hay dos referidas a Arturo: una que trata sobre la prodigiosa tumba de su hijo Anir, y otra que trata sobre las huellas que su perro Cabal dejó en una roca durante la persecución del jabalí Troynt (Twrch Trwyth). Precisamente en este segundo relato se nos muestra la faceta de Arturo como cazador, que será una de las muchas que conforman su fisonomía poliédrica en la literatura galesa.

Monje ilustrando un manuscrito
Autor: Joseph Ratcliffe Skelton
Pero volviendo a las crónicas, también contamos con los Annales Cambriae, un manuscrito de autoría anónima que se cree que fue iniciado a principios del siglo IX. Este texto registra los sucesos ocurridos desde el año 453 hasta el 954 en el norte de Gales, principalmente. En cuanto a los datos sobre el año 516, se incluye la mención a la batalla de Badon “en la que Arturo llevó la cruz de nuestro Señor Jesucristo durante tres días y tres noches sobre sus hombros y los britanos salieron victoriosos”.
Una segunda referencia a Arturo se halla al llegar al año 537 y es la batalla de Camlann, en la que Arturo y Medraut cayeron. Ambos mueren, pero no dice que fuese uno a manos del otro.

Por otra parte, Arturo aparece también en diversas hagiografías como Vita Sancti Cadoci, V.S. Carantoci, V.S. Iltuti, V.S. Paterni y V.S. Gildae.
En estos manuscritos, que datan desde finales del siglo XI hasta el siglo XIII, Arturo es presentado como un gobernante tirano y soberbio, un rey rebelde que permanece pagano hasta que se convierte al cristianismo a partir de algún milagro que realiza el santo de la biografía en cuestión. Su persona representa el poder temporal frente al espiritual, como un soberano desafiante que no reconoce la autoridad de uno u otro santo hasta que se obran los milagros. En todo caso, estos escritos nos muestran que la conexión con el personaje britano otorgaba un mayor crédito y renombre a los santos galeses e irlandeses biografiados. Arturo era ya un héroe conocido, vinculado a numerosos relatos célticos.


Notas:

*Lenguas celtas:
  gaélicas: irlandés, gaélico escocés y manés. 
  britónicas: córnico, cúmbrico, galés y bretón.

**Bardos
Estos poetas profesionales vivían en la corte de reyes y príncipes locales, y eran una clase aristocrática a la que se le encomendaban las actividades intelectuales.
Los filid en Irlanda y los bardos en Gales debían conocer y transmitir las leyendas y genealogías, así como elaborar la literatura oral en alabanza de sus patronos. Componían relatos en prosa y en verso que luego recitaban o cantaban acompañados de instrumentos musicales como arpa o cítara. Todo su aprendizaje era memorístico y eran necesarios años de especialización para poder desempeñar su función. El bardo o file debía repetir exactamente lo aprendido pero hubo variaciones y adiciones. La puesta por escrito de esta literatura se intensificó a partir del siglo XI (Torres, p. 59), aunque se seguía ejerciendo de forma oral todavía a finales del XI en Irlanda y Gales (Cirlot, p. 37).


BIBLIOGRAFÍA

Cirlot, Victoria. La novela artúrica: orígenes de la ficción en la cultura europea. Barcelona: Montesinos, 1995.

Cordo Russo, Luciana. “Culhwch ac Olwen como texto de transición de la materia artúrica”. Medievalista [en línea] 2017, núm. 22. Disponible en: https://doi.org/10.4000/medievalista.1332

García Gual, Carlos. Historia del rey Arturo y de los nobles y errantes caballeros de la Tabla Redonda. Madrid: Alianza Editorial, 2018.

Hibbert, Christopher. Breve historia del rey Arturo. Madrid: Nowtilus, 2009.

Ibáñez Palomo, Tomás. “El mundo artúrico y el ciclo del Grial”. Revista Digital de Iconografía Medieval. Madrid: Universidad Complutense de Madrid, 2016, vol. VIII, núm. 16, pp. 31-66.

Ladd, Marcus. “Recovering the historical Arthur". Comparative Humanities Review [en línea] 2017, vol. 1, núm. 1, pp. 13-32. Disponible en: http://digitalcommons.bucknell.edu/chr/vol1/iss1/3

Sainero Sánchez, Ramón. Arturo: Dux Bellorum: Los orígenes de la leyenda. Madrid: Sanz y Torres, 2018.

Sainero Sánchez, Ramón. Diccionario Akal de mitología celta. Madrid: Akal, 1999.

Torres Asensio, Gloria. Los orígenes de la literatura artúrica. Barcelona: Universitat de Barcelona, 2003.



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